Vender bajo presión es un desafío constante. Es parte del trabajo. El Capitán Givré me proporcionó herramientas prácticas para mantener la calma y la concentración. Los primeros segundos en el baño de hielo parecían interminables, pero logré superar ese miedo. Las duchas frías se han convertido desde entonces en una parte esencial de mi rutina para aliviar el estrés. Una experiencia que recomiendo a todos los profesionales de ventas.